domingo, 14 de agosto de 2011

VESTIGIOS DE UN AMOR INFIEL


Con la salida del sol el guerrero amanece despierto,
Su mas ferviente amor ya le pide revancha y con gloriosa reverencia el guerrero atas sus zapatillas,  ¿revancha me has pedido? Y revancha te he dado.


Con la salida del sol el guerrero corre y se desata, no pretende parar aunque el dolor ya se siente, no pretende detener su impulso, pues cada paso dado otorga, y el dolor se va desvaneciendo. Hora y media a pasado  y el guerrero a vencido, su amor no se ha desvanecido  y unas palabras se entonan en su boca, ¿revancha?, ¿revancha me has pedido? Y revancha te he dado.

Una tarde de dolor en las piernas, de salto tras salto,  a cual mas complicado y a cada cual el cielo se ve más lejano. Se ha marchitado y el amor a ganado, y con una  sonrisa de triunfo se a largado, dejando al guerrero en una noche fría dolorido y angustiado, su amor le a derrotado.


Hoy es el quien pide pleitesía y el amor cede a su insistencia adormecida, con la salida del sol en un nuevo día el guerrero se levanta con las piernas doloridas, estira y rechina sus huesos, no piensa mostrar signos de flaqueza, no piensa derrumbarse y muestra signos de ira contenida, su orgullo se ve mermado, pero no pretende detenerse ni rendirse.

La mañana ha transcurrido y el guerrero, herido asume la derrota  aletargado en un sueño instintivo plagado de pesadillas diurnas manchadazas con lo acontecido.
Tras un descanso muy cansado el guerrero nuevamente evoca pleitesía, y el amor con una risa de tiranía accede convencida de la victoria vespertina.

VICTORIA canta el amor, victoria vespertina!!! No has podido doblegarme guerrero y tu victoria hoy se ve perdida, la has sentenciado tras ese salto sin medida, no has podido, no has llegado, y tu orgullo ahí tirado hoy queda sentenciado.

No has podido, no has  ganado, querido guerrero sobrevalorado.



L.T.D.P

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