Una noche más despierto sobre sueños rotos y versos,
Despierto añorando el amor de marineros que se ve congelado en puertos,
pues una vez que su mirada torna a la mar la añoranza surge en sus adentros,
Dicen que no existe amor más profundo que el que el niño siente por su perro,
Y que una vez muerto, el amor duerme en su lecho.
Despierto sin amor y sin sueño,
Sin un momento y sin constancia en un mundo digno de serlo.
Pues no somos dueños de ningún templo
Y por tanto únicamente polvo de este templo de risas y lamentos.
Templo de vida, alegría, muerte, sangre… -¿Mágica?,
-Si hablas de la vida en un planeta de ensueño marcado en letras escritas en un verso,
-Si puede serlo,
Pero el tormento siempre seguirá despierto,
Marchitara tu energía y sin saberlo,
Dejaras paso a lloros y sentimientos,
Pero no dejes que los sentimientos dominen tus nervios,
Que no nuble tu mirada en un día de sol intenso.
Y el día que amanezca con dolor en el pecho
Quede marcado por el azul del cielo.
La voluntad, si te soy honesto
Es lo primero que debes preservar en la oscuridad de este templo.
Así podrás volar por sus cielos y pisar el verde de sus suelos.
Visitaras parajes inhóspitos en libros y tebeos,
Caminaras por bosques, y sin saberlo
Sentirás que aquel perro, que un día mimaste con mucho recelo,
Viaja todos los días contigo, alojado entre el corazón y tus sueños
Para impedir que el tormento sea dueño
De cada lágrima que entonces derramaste sobre su pelaje,
Húmedo al tacto y ardiente como el corazón del que es dueño.
L.T.D.P
