domingo, 24 de abril de 2011

La Playa De Nunca Jamás

Me siento tan mal haciendo lo que debo que reprimo cada lágrima bajo una sonrisa, bajo una cara que detiene cualquier sensación, rígida a las caricias y al viento, roca que se resquebraja cada día pero que se mantiene
sin sentimiento.
Desearía escapar a una remota playa baña por el sol anual y el agua cristalina, sin más compañía que mi compañero en blanco y negro que gruñe a  las olas y aúlla a la luna. Despertar con el primer rayo de luz del día y acostarme con la luna enamorado del rubor de las olas y del sonido que la arena deja cuando juega con el viento del verano anual.
Pasar  mañanas escribiendo poesías en la arena,  tardes recitando a el mar y noches viendo como el viento juega con las palabras borradas de la arena, imaginando el murmuro del viento y soñando con rostro de la poesía.
Un lugar de paz donde el tiempo solo sea un recuerdo  y el mar el mayor de los deseos.