sin sentimiento.
Desearía escapar a una remota playa baña por el sol anual y el agua cristalina, sin más compañía que mi compañero en blanco y negro que gruñe a las olas y aúlla a la luna. Despertar con el primer rayo de luz del día y acostarme con la luna enamorado del rubor de las olas y del sonido que la arena deja cuando juega con el viento del verano anual.
Pasar mañanas escribiendo poesías en la arena, tardes recitando a el mar y noches viendo como el viento juega con las palabras borradas de la arena, imaginando el murmuro del viento y soñando con rostro de la poesía.
Un lugar de paz donde el tiempo solo sea un recuerdo y el mar el mayor de los deseos.