lunes, 20 de junio de 2011

LA CHICA DE MORADO


Morado enamorado del platón de la pared,
pues la chica pinta su niñez
y viste de morado su palidez.

Sueñas con paz a diario
y rimas tus pensamientos alborotados
mientras visitas a diario
a aquel viejo pez.

Duermes cada noche con un suspiro retenido
diciendo un día mas transcurrido,
y sin más otro de tantos he vivido.

Despiertas cada día excitada,
pues después de un descanso muy cansado toca una realidad adormilada.

No entiendes el tiempo que ha transcurrido,
ni tampoco todo lo que has vivido.
Pero ahora cuando tu niñez se ve envejecida
una mujer nació de sus cenizas.
Has cambiado y te has transformado en aquella chica de mirada inquieta
que no pretende hacer ningún mal,
y que no desea más que paz.

No te despidas de mí
y recuerda que los años pasarán por tí.
Recuerda que el cansancio algún día se irá
y nunca jamás volverá.

Un día el sol resplandecerá
y tu tristeza se marchitará,
lloraras de felicidad
y tus lágrimas reflejarán
la bondad y la serenidad de un maestro zen.

Para la chica de morado va dedicado este poema
pues un día echarás la vista atrás
y verás que el pasado pasado está.

He estado aquí, estoy aquí y estaré aquí.


L.T.D.P